Talált 260 Eredmények: puerta abierta

  • El espesor de la concha era de un palmo y su borde era semejante al borde del cáliz de una azucena abierta. Contenía dos mil medidas. (1 Reyes 7, 26)

  • Cuando pasaba la puerta, Ajías oyó sus pasos y le dijo: «Entra, esposa de Jeroboam, ¿por qué quieres pasar por otra? Tengo un duro mensaje para ti. (1 Reyes 14, 6)

  • Entonces se levantó la mujer de Jeroboam y se fue a Tirsa. En el momento en que tocaba con sus pies el umbral de la puerta, murió el niño. (1 Reyes 14, 17)

  • El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala ante la puerta de Samaria, y todos los profetas estaban en trance delante de ellos. (1 Reyes 22, 10)

  • Luego entra en casa con tus hijos y cierra la puerta. Usted tomará la vasija en la cual tiene un poco de aceite, y echará en las que le han prestado. Y a medida que se vayan llenando, las pondrá aparte.» (2 Reyes 4, 4)

  • Eliseo, pues, le dijo: «Llámala.» La llamó el muchacho y la dama se paró en la puerta. (2 Reyes 4, 15)

  • Entonces la madre subió y lo acostó sobre la cama de Eliseo. Cerró la puerta y salió. (2 Reyes 4, 21)

  • Eliseo entró y cerró la puerta tras de sí, y oró a Yavé. (2 Reyes 4, 33)

  • Eliseo estaba sentado en su casa, y los dirigentes estaban sentados con él. Antes que llegara el mensajero, Eliseo les dijo: «¿No saben que este hijo de asesino ha mandado cortar mi cabeza? Pues bien, cuando llegue el mensajero, cierren la puerta y no lo dejen entrar. Detrás de él oigo el ruido de los pasos de su señor.» (2 Reyes 6, 32)

  • Así sucedió. El pueblo lo atropelló y pisoteó en la puerta, y allí murió. (2 Reyes 7, 20)

  • Luego, abre la puerta de la pieza y huye sin detenerte.» Este joven, pues, se fue a Ramot. (2 Reyes 9, 4)

  • En cuanto a Jezabel, nadie la sepultará y los perros la devorarán en el campo de Jezrael.» El joven abrió la puerta y huyó. (2 Reyes 9, 10)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina