Talált 43 Eredmények: talentos

  • entregándole hasta cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien medidas de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dará sin medida. (Esdras 7, 22)

  • Y puse en sus manos seiscientos cincuenta talentos de plata, copas de plata por cien talentos, cien talentos de oro, (Esdras 8, 26)

  • Me trasladé a Media y administré sus negocios hasta su muerte. Deposité en casa de Gabael, hermano de Gabrí, que vivía en Ragués de Media, unos sacos que contenían diez talentos de plata. (Tobías 1, 14)

  • También quiero decirte que deposité diez talentos de plata en manos de Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués de Media. (Tobías 4, 20)

  • Si tú quieres, podemos dictar un decreto para acabar con ellos, y yo, en cambio, depositaré a cuenta del tesoro real más de diez mil talentos en manos de tus funcionarios.» (Ester 3, 9)

  • Jonatán pidió al rey que dejara libres de tributos a Judea y a los tres distritos de Samaria, prometiéndole en cambio trescientos talentos. (1 Macabeos 11, 28)

  • Envía, pues, cien talentos de plata y dos de sus hijos, para que no se escape cuando lo soltemos y se vuelva contra nosotros, y lo dejaremos ir.» (1 Macabeos 13, 16)

  • Envió pues, los hijos y los cien talentos, pero Trifón faltó a su palabra y no puso en libertad a Jonatán. (1 Macabeos 13, 19)

  • O bien, paguen en compensación quinientos talentos de plata por los daños que han causado y los impuestos de las ciudades; si no, te declararé la guerra.» (1 Macabeos 15, 31)

  • Jafa y Gazer, que reclamas, perjudicaron mucho a nuestro pueblo y desolaban nuestro país; pero estamos dispuestos a darte cien talentos por ellas.» (1 Macabeos 15, 35)

  • Una parte pertenecía a Hircano, hijo de Tobías, personaje de muy alta posición, al que también alcanzaban estas calumnias. De todas maneras, el tesoro era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro. (2 Macabeos 3, 11)

  • después de prometer al rey, en una conversación, trescientos sesenta talentos de plata y ochenta de otras rentas. (2 Macabeos 4, 8)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina