Talált 166 Eredmények: Alma

  • Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su palabra. (Salmos 130, 5)

  • Mi alma espera al Señor, más que el centinela la aurora. Como el centinela espera la aurora, (Salmos 130, 6)

  • No, yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí. (Salmos 131, 2)

  • Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. (Salmos 138, 3)

  • te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma (Salmos 139, 14)

  • Que yo experimente tu amor por la mañana, porque confío en ti; indícame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. (Salmos 143, 8)

  • ¡Aleluya! ¡Alaba al Señor, alma mía! (Salmos 146, 1)

  • De la misma manera, si una guerra amenaza primero a la nación de los judíos, los romanos lucharán a su lado, con toda el alma según se lo exijan las circunstancias. (I Macabeos 8, 27)

  • A uno se le partía el alma con solo mirar el rostro del Sumo Sacerdote, porque su aspecto y su palidez revelaban la angustia de su alma. (II Macabeos 3, 16)

  • Pero él, a punto ya de morir bajo los golpes, dijo entre gemidos: "El Señor, que posee el santo conocimiento, sabe muy bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto crueles dolores en mi cuerpo azotado; pero mi alma los padece gustosamente por temor a él". (II Macabeos 6, 30)

  • Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi alma por las leyes de nuestros padres, invocando a Dios para que pronto se muestro propicio con nuestra nación y para que te haga confesar, a fuerza de aflicciones y golpes, que él es el único Dios. (II Macabeos 7, 37)

  • Él, en los primeros tiempos de la ruptura con el paganismo, había abrazado la causa del Judaísmo, entregándose a ella en cuerpo y alma, con una gran entereza. (II Macabeos 14, 38)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina