Talált 173 Eredmények: Entrada

  • El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. (Génesis 18, 1)

  • Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, (Génesis 18, 2)

  • Entonces uno de ellos le dijo: "Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo". Mientras tanto, Sara había estado escuchando a la entrada de la carpa, que estaba justo detrás de él. (Génesis 18, 10)

  • Lot se presentó ante ellos a la entrada de la casa, y cerrando la puerta detrás de sí, (Génesis 19, 6)

  • Y a todos los que estaban a la entrada de la casa, pequeños y grandes, los hirieron con una luz enceguecedora, de manera que ya no pudieron abrirse paso. (Génesis 19, 11)

  • Y como veía que Selá ya era grande, y sin embargo, no se lo habían dado como esposo, se quitó su ropa de viuda, se cubrió con un velo para no ser reconocida, y se sentó a la entrada de Enaim, sobre el camino a Timná. (Génesis 38, 14)

  • Entonces se acercaron al mayordomo de José y le hablaron a la entrada de la casa, (Génesis 43, 19)

  • Para la entrada de la carpa harás una cortina de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado, todo esto recamado artísticamente. (Exodo 26, 36)

  • Las cortinas colocadas a un lado de la entrada medirán siete metros y medio de longitud, y allí habrá tres columnas y tres bases. (Exodo 27, 14)

  • y tú lo inmolarás delante del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro. (Exodo 29, 11)

  • Aarón y sus hijos comerán la carne y el pan de la canasta, a la entrada de la Carpa del Encuentro. (Exodo 29, 32)

  • Este es un holocausto que se ofrecerá perpetuamente de generación en generación, en la presencia del Señor, a la entrada de la Carpa del encuentro. Porque es allí donde me encontraré contigo para hablarte. (Exodo 29, 42)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina