Talált 195 Eredmények: Hijas

  • Di a la casa de Israel: Así habla el Señor: Yo voy a profanar mi Santuario, el orgullo de su fuerza, la delicia de sus ojos y la esperanza de sus vidas. Los hijos y las hijas que ustedes han dejado, caerán bajo la espada, (Ezequiel 24, 21)

  • En cuanto a ti, hijo de hombre, el día en que yo les quite su refugio, su espléndida alegría, la delicia de sus ojos, la pasión de sus vidas, y también a sus hijos y a sus hijas, (Ezequiel 24, 25)

  • En Tafnis el día se oscurecerá, cuando yo quiebre allí el cetro de Egipto y se acabe su arrogante poderío. A ella la cubrirá un nubarrón y sus hijas irán al cautiverio. (Ezequiel 30, 18)

  • Esta es una lamentación que entonarán las hijas de las naciones. La entonarán sobre Egipto y sobre toda su multitud -oráculo del Señor-. (Ezequiel 32, 16)

  • Así obraban ustedes con las hijas de Israel, y el miedo hacía que ellas se les entregaran. ¡Pero una hija de Judá no ha podido soportar la iniquidad de ustedes! (Daniel 13, 57)

  • Sacrifican en las cumbres de las montañas y queman incienso sobre las colinas, bajo la encina, el álamo y el terebinto, porque su sombra es agradable. Por eso se prostituyen las hijas de ustedes y sus nueras cometen adulterio. (Oseas 4, 13)

  • Pero yo no pediré cuenta a sus hijas por su prostitución ni a sus nueras por su adulterio, porque ellos mismos se van aparte con prostitutas y ofrecen sacrificios con las consagradas a la prostitución. ¡Así, un pueblo que no entiende va a la ruina! (Oseas 4, 14)

  • Después de esto, yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres: sus hijos y sus hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños proféticos y sus jóvenes verán visiones. (Joel 3, 1)

  • Venderé a los hijos y a las hijas de ustedes, los entregaré a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, a una nación lejana, porque ha hablado el Señor. (Joel 4, 8)

  • Por eso, dice el Señor: ‘Tu mujer se prostituirá en plena ciudad, tus hijos y tus hijas caerán bajo la espada; tu suelo será repartido con la cuerda, tú mismo morirás en tierra impura e Israel irá al cautiverio lejos de su país’". (Amós 7, 17)

  • Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. (Lucas 23, 28)

  • En los últimos días, dice el Señor, derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes verán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos. (Hechos 2, 17)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina