Talált 201 Eredmények: Morada
Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas, que tus ojos vean a Jerusalén, morada tranquila, carpa que no será desplazada, cuyas estacas no serán arrancadas y cuyas cuerdas no se romperán. (Isaías 33, 20)
En sus palacios crecerán zarzas, en sus fortalezas, ortigas y espinas; será una morada de chacales, una guarida de avestruces. (Isaías 34, 13)
el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de caña y papiros. (Isaías 35, 7)
Arrancan mi morada y me la arrebatan, como una carpa de pastores. Como un tejedor, yo enrollaba mi vida, pero él me corta de la trama: ¡de la mañana a la noche terminas conmigo! (Isaías 38, 12)
Porque así habla el que es alto y excelso, el que habita en una morada eterna, aquel cuyo Nombre es santo: Yo habito en una altura santa, pero estoy con el contrito y humillado, para reavivar los espíritus humillados, para reavivar los corazones contritos. (Isaías 57, 15)
Un león ha subido de su espesura, un destructor de naciones se ha puesto en marcha, ha salido de su morada, para reducir tu país a la devastación: tus ciudades serán destruidas y quedarán despobladas. (Jeremías 4, 7)
Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre las familias que no invocan tu Nombre. Porque ellas han devorado a Jacob, lo han devorado, lo han exterminado, y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)
En cuanto a ti, profetiza contra ellos todas estas palabras. Tú les dirás: El Señor ruge desde lo alto, desde su santa morada alza su voz; ruge con furia contra su redil, lanza un grito como los que pisan la uva contra todos los habitantes de la tierra. (Jeremías 25, 30)
Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: De nuevo se dirá esta palabra en el país de Judá y en sus ciudades, cuando yo haya cambiado su suerte: ¡Que el Señor te bendiga, morada de justicia, Montaña santa! (Jeremías 31, 23)
El que las encontraba, las devoraba, sus adversarios decían: "No somos culpables, porque ellos pecaron contra el Señor, morada de justicia, esperanza de sus padres". (Jeremías 50, 7)
Desmanteló su morada como una huerta, arrasó el Lugar de los encuentros. El Señor hizo olvidar en Sión las fiestas y los sábados; despreció, en el ímpetu de su ira, al rey y al sacerdote. (Lamentaciones 2, 6)
Mira, Señor, desde tu santa morada y piensa en nosotros; inclina tu oído y escucha; (Baruc 2, 16)