Talált 488 Eredmények: Primer Libro de Samuel

  • El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. (Juan 20, 1)

  • Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. (Juan 20, 30)

  • En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo, (Hechos 1, 1)

  • En el libro de los Salmos está escrito: Que su casa quede desierta y nadie la habite. Y más adelante: Que otro ocupe su cargo. (Hechos 1, 20)

  • Y todos los profetas que han hablado a partir de Samuel, anunciaron también estos días. (Hechos 3, 24)

  • Pero Dios se apartó de ellos y los entregó al culto de los astros, como está escrito en el libro de los Profetas: Israelitas, ¿acaso ustedes me ofrecieron víctimas y sacrificios durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto? (Hechos 7, 42)

  • Pedro, volviendo en sí, dijo: «Ahora sé que realmente el Señor envió a su Ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío». (Hechos 12, 11)

  • al cabo de unos cuatrocientos cincuenta años. A continuación, les dio Jueces hasta el profeta Samuel. (Hechos 13, 20)

  • Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron: «A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. (Hechos 13, 46)

  • El primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan, Pablo, que debía salir al día siguiente, dirigió la palabra a la asamblea y su discurso se prolongó hasta la medianoche. (Hechos 20, 7)

  • Cuando estos llegaron, Pablo les dijo: «Ya saben cómo me he comportado siempre con ustedes desde el primer día que puse el pie en la provincia de Asia. (Hechos 20, 18)

  • En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, a causa de todos ustedes, porque su fe es alabada en el mundo entero. (Romanos 1, 8)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina