Talált 241 Eredmények: Profetas

  • Pero Moisés le respondió: "¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!". (Números 11, 29)

  • Después llegarás a Guibeá de Dios, donde está la guarnición filistea. Apenas entres en la ciudad, tropezarás con un grupo de profetas que bajan del lugar alto, precedidos de arpas, tamborines, flautas y cítaras, en estado de trance profético. (I Samuel 10, 5)

  • Desde allí, se dirigieron a Guibeá, y se encontraron con un grupo de profetas. Entonces lo invadió el espíritu de Dios y entró en trance en medio de ellos. (I Samuel 10, 10)

  • Todos los que lo conocían de antes, al verlo en trance en medio de los profetas, se decían unos a otros: "¿Qué le ha sucedido al hijo de Quis? ¿También Saúl está entre los profetas?". (I Samuel 10, 11)

  • Uno de los presentes intervino, diciendo: "¿Quién es el padre de estos?". Así se hizo proverbial la frase: "¿También Saúl está entre los profetas?". (I Samuel 10, 12)

  • aquel envió emisarios para que detuvieran a David. Ellos vieron a la comunidad de profetas, con Samuel a la cabeza, en estado de trance profético. Entonces el espíritu del Señor invadió a los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance. (I Samuel 19, 20)

  • También él se despojó de su ropa y estuvo en trance delante de Samuel. Luego cayó rendido, y estuvo desnudo todo aquel día y aquella noche. Por eso se suele decir: "¿También Saúl está entre los profetas?". (I Samuel 19, 24)

  • Luego interrogó al Señor, pero él no le respondió ni por sueños, ni por el Urím, ni por los profetas. (I Samuel 28, 6)

  • Samuel dijo a Saúl: "¿Por qué me has perturbado, haciéndome subir?". "Es que estoy en un grave aprieto, respondió Saúl; los filisteos me hacen la guerra, y Dios se ha apartado de mí: ya no me responde, ni por medio de los profetas ni en sueños. Por eso te llamé para que me indiques lo que debo hacer". (I Samuel 28, 15)

  • y cuando Jezabel perseguía a muerte a los profetas del Señor, él había recogido a cien de ellos, los había ocultado en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los había provisto de pan y agua-. (I Reyes 18, 4)

  • ¿Acaso no te han contado lo que hice cuando Jezabel mataba a los profetas del Señor, cómo oculté a cien de ellos en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los proveí de pan y agua? (I Reyes 18, 13)

  • Y ahora, manda que todo Israel se reúna junto a mí en el monte Carmelo, con los cuatrocientos profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Aserá que comen a la mesa de Jezabel". (I Reyes 18, 19)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina