Talált 26 Eredmények: Recipiente
Cuando todos estuvieron llenos, ella dijo a su hijo: "Alcánzame otro recipiente". Pero él respondió: "Ya no quedan más". Entonces dejó de correr el aceite. (II Reyes 4, 6)
Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en caballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios -dice el Señor- como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro. (Isaías 66, 20)
Toma también trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y espelta: échalos en un recipiente y prepárate con eso la comida. Tú comerás de ese pan durante todo el tiempo que estés acostado de un lado, o sea, durante ciento noventa días. (Ezequiel 4, 9)
Él me preguntó: "¿Qué ves?". Yo le respondí: "Veo un candelabro de oro macizo, con un recipiente en la parte superior: sobre el candelabro hay siete lámparas, y siete mecheros para las lámparas que están arriba de él. (Zacarías 4, 2)
A su lado hay dos olivos: uno a la derecha y otro a la izquierda del recipiente". (Zacarías 4, 3)
Yo le pregunté: "¿Qué es eso?". Él me respondió: "Es un recipiente que avanza". Él agregó: "Esta es la culpa de ellos en todo el país". (Zacarías 5, 6)
Entonces se levantó un disco de plomo, y vi una mujer instalada en el interior del recipiente. (Zacarías 5, 7)
El ángel me dijo: "Esta es la Maldad". Luego la arrojó al interior del recipiente y arrojó la masa de plomo sobre la abertura. (Zacarías 5, 8)
Yo levanté los ojos y tuve una visión. Había dos mujeres que avanzaban. El viento soplaba en sus alas: ellas tenías dos alas como las de la cigüeña, y levantaron el recipiente entre la tierra y el cielo. (Zacarías 5, 9)
Yo pregunté al ángel que hablaba conmigo: "¿A dónde llevan el recipiente?". (Zacarías 5, 10)
No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. (Lucas 8, 16)
Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. (Juan 13, 5)