Talált 310 Eredmények: Restauración del Templo
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, (Mateo 4, 5)
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? (Mateo 12, 5)
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. (Mateo 12, 6)
Pero ustedes afirman: El que diga a su padre o a su madre: "He ofrecido al Templo los bienes que tenía para ayudarte", (Mateo 15, 5)
Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?». (Mateo 17, 24)
Después Jesús entró en el Templo y echó a todos los que vendían y compraban allí, derribando las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas. (Mateo 21, 12)
En el Templo se le acercaron varios ciegos y paralíticos, y él los curó. (Mateo 21, 14)
Al ver los prodigios que acababa de hacer y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosana al Hijo de David!», los sumos sacerdotes y los escribas se indignaron (Mateo 21, 15)
Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?». (Mateo 21, 23)
Jesús salió del Templo y, mientras iba caminando, sus discípulos se acercaron a él para hacerle notar las construcciones del Templo. (Mateo 24, 1)
Y en ese momento dijo Jesús a la multitud: «¿Soy acaso un bandido, para que salgan a arrestarme con espadas y palos? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo, y ustedes no me detuvieron». (Mateo 26, 55)
que declararon: «Este hombre dijo: "Yo puedo destruir el Templo de Dios y reconstruirlo en tres días"». (Mateo 26, 61)