Talált 23 Eredmények: Rollo

  • Y a medida que Iehudí leía tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con el cortaplumas del secretario y las arrojaba al fuego del brasero. Así hasta que todo el rollo se consumió por completo en el fuego del brasero. (Jeremías 36, 23)

  • Y aunque Elnatán, Delaías y Guemarías intervinieron ante el rey para que no quemara el rollo, él no les hizo caso. (Jeremías 36, 25)

  • La palabra del Señor llegó a Jeremías, después que el rey quemó el rollo con las palabras que había escrito Baruc bajo el dictado de Jeremías, en estos términos: (Jeremías 36, 27)

  • "Toma otro rollo y escribe en él todas las palabras que estaban en el primer rollo, el que quemó Joaquím, rey de Judá. (Jeremías 36, 28)

  • Y tu dirás contra Joaquím, rey de Judá: Así habla el Señor: Tú has quemado este rollo, diciendo: ¿Por qué has escrito que el rey de Babilonia vendrá indefectiblemente, que él arrasará este país y hará desaparecer de él a hombres y animales? (Jeremías 36, 29)

  • Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo entregó a Baruc, hijo de Nerías, el escriba. Este escribió en él, bajo el dictado de Jeremías, todas las palabras del rollo que Joaquím, rey de Judá, había quemado en el fuego. Y además, fueron añadidas muchas otras palabras como aquellas. (Jeremías 36, 32)

  • Palabra que el profeta Jeremías dirigió a Baruc, hijo de Nerías, cuando él, bajo el dictado de Jeremías, escribía estas palabras en un rollo, en el cuarto año de Joaquím, hijo de Josías, rey de Judá: (Jeremías 45, 1)

  • Él me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante: come este rollo, y ve a hablar a los israelitas. (Ezequiel 3, 1)

  • Yo abrí mi boca y él me hizo comer ese rollo. (Ezequiel 3, 2)

  • Yo levanté de nuevo los ojos y tuve una visión: Había un rollo que volaba. (Zacarías 5, 1)

  • El ángel me preguntó: "¿Qué ves?". Yo le respondí: "Veo un rollo que vuela: tiene diez metros de largo por cinco de ancho". (Zacarías 5, 2)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina