Talált 469 Eredmények: Sem

  • Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar. (Mateo 13, 3)

  • Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. (Mateo 13, 4)

  • Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. (Mateo 13, 18)

  • Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino. (Mateo 13, 19)

  • El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. (Mateo 13, 22)

  • Y les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; (Mateo 13, 24)

  • pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. (Mateo 13, 25)

  • Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: "Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?". (Mateo 13, 27)

  • También les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. (Mateo 13, 31)

  • En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas». (Mateo 13, 32)

  • Él les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; (Mateo 13, 37)

  • el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, (Mateo 13, 38)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina