Talált 148 Eredmények: Set
Los judíos entraron en ella el día veintitrés del segundo mes del año ciento setenta y uno, con vítores y palmas, al son de arpas, címbalos y cítaras, y entonando himnos y cantos, porque un gran enemigo había sido exterminado de Israel. (I Macabeos 13, 51)
El año ciento setenta y dos el rey Demetrio reunió sus tropas y se dirigió a Media, a fin de obtener ayuda para combatir a Trifón. (I Macabeos 14, 1)
Esta es la copia de la inscripción: "El día dieciocho del mes de Elul del año ciento setenta y dos -el tercero de Simón, Sumo Sacerdote insigne- en Asaramel, (I Macabeos 14, 27)
El año ciento setenta y cuatro Antíoco partió para el país de sus padres; todas las tropas se pusieron de su parte, de manera que sólo unos pocos quedaron con Trifón. (I Macabeos 15, 10)
Una vez, mientras Simón inspeccionaba las ciudades del país y se ocupaba de su administración, bajó a Jericó, con sus hijos Matatías y Judas. Era en el undécimo mes, el mes de Sabat, del año ciento setenta y siete. (I Macabeos 16, 14)
Ya en el año setenta y nueve del reinado de Demetrio, nosotros, los judíos, les escribimos: "En medio de la tribulación y de la crisis que soportamos durante estos años, desde que Jasón y sus partidarios traicionaron la Tierra santa y el reino, (II Macabeos 1, 7)
Sin embargo he tenido en cuenta que cuando mi padre emprendió una campaña a las regiones de la meseta, designó a su futuro sucesor. (II Macabeos 9, 23)
He tenido en cuenta, además, que los soberanos de los países vecinos a mi reino están al acecho, esperando cualquier ocasión favorable. Por eso, he decidido designar rey a mi hijo Antíoco, a quien muchas veces, durante mis campañas a las provincias de la meseta, ya he presentado y recomendado a la mayor parte de ustedes. (II Macabeos 9, 25)
Pero los hombres de Simón, dominados por la codicia, se dejaron sobornar por algunos de los que estaban en las torres y, a cambio de setenta mil dracmas, dejaron escapar a unos cuantos. (II Macabeos 10, 20)
SemyáSet fueron glorificados entre los hombres, pero por encima de toda criatura viviente está Adán. (Eclesiástico 49, 16)
Por eso, Moab gime por sí mismo, todos están gimiendo. ¡Por las tortas de uva de Quir Jaréset, ellos suspiran, enteramente abatidos! (Isaías 16, 7)
Por eso, mis entrañas vibran como una lira por Moab, y mi corazón, por Quir Jaréset. (Isaías 16, 11)