Talált 121 Eredmények: Tiempos

  • También la luna, siempre en el momento preciso, marca las épocas y señala los tiempos. (Eclesiástico 43, 6)

  • El Señor los colmó de gloria, manifestó su grandeza desde tiempos remotos. (Eclesiástico 44, 2)

  • Él siguió los pasos del Poderoso y, en tiempos de Moisés, dio prueba de fidelidad, lo mismo que Caleb, hijo de Iefuné: ellos se opusieron a toda la asamblea, impidiendo que el pueblo pecara y acallando las murmuraciones perversas. (Eclesiástico 46, 7)

  • Después de él surgió Natán, para profetizar en tiempos de David. (Eclesiástico 47, 1)

  • Salomón reinó en tiempos de paz y Dios le concedió tranquilidad en sus fronteras, a fin de que edificara una Casa a su Nombre y erigiera un Santuario eterno. (Eclesiástico 47, 13)

  • Con gran espíritu, vio el fin de los tiempos, consoló a los afligidos de Sión, (Eclesiástico 48, 24)

  • dirigió su corazón hacia el Señor, y en tiempos impíos afianzó la piedad. (Eclesiástico 49, 3)

  • Entonces, me acordé de tu misericordia, Señor, y de tus acciones desde los tiempos remotos, porque tú libras a los que esperan en ti y los salvas de las manos de sus enemigos. (Eclesiástico 51, 8)

  • Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén, en tiempos de Ozías, de Jotám, de Ajaz y de Ezequías, reyes de Judá. (Isaías 1, 1)

  • Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella (Isaías 2, 2)

  • En tiempos de Ajaz, hijo de Jotám, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar. (Isaías 7, 1)

  • Señor, tú eres mi Dios, yo te exalto, doy gracias a tu Nombre. Porque tú has realizado designios admirables, firmemente establecidos desde tiempos antiguos. (Isaías 25, 1)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina