Talált 138 Eredmények: Tropas

  • Y al ver que su hijo Juan era ya un hombre, lo nombró general de todas las tropas. Juan vivía en Gázara. (I Macabeos 13, 53)

  • El año ciento setenta y dos el rey Demetrio reunió sus tropas y se dirigió a Media, a fin de obtener ayuda para combatir a Trifón. (I Macabeos 14, 1)

  • El año ciento setenta y cuatro Antíoco partió para el país de sus padres; todas las tropas se pusieron de su parte, de manera que sólo unos pocos quedaron con Trifón. (I Macabeos 15, 10)

  • porque veía que había caído en desgracia y que las tropas lo habían abandonado. (I Macabeos 15, 12)

  • Mientras tanto, el rey Antíoco continuaba el sitio de Dora, acampando en los suburbios de la ciudad, lanzando incesantemente sus tropas contra ella y construyendo máquinas de guerra. Tenía bloqueado a Trifón y nadie podía entrar ni salir. (I Macabeos 15, 25)

  • El rey designó a Cendebeo comandante en jefe de la zona marítima y le entregó tropas de infantería y caballería. (I Macabeos 15, 38)

  • También reconstruyó Cedrón, y puso en ella tropas de caballería e infantería para incursionar por los caminos de Judea, como el rey se lo había ordenado. (I Macabeos 15, 41)

  • Juan tomó posiciones con sus tropas frente al enemigo y, advirtiendo que sus hombres tenían miedo de pasar el torrente, lo pasó él primero. Al verlo, todos los demás lo siguieron. (I Macabeos 16, 6)

  • Luego Tolomeo escribió un informe al rey acerca de lo sucedido, pidiéndole que le enviara tropas en su auxilio y que le cediera las ciudades y el país. (I Macabeos 16, 18)

  • Heliodoro, después de ofrecer un sacrificio al Señor y de orar largamente al que le había concedido la vida, se despidió de Onías y volvió con sus tropas adonde estaba el rey. (II Macabeos 3, 35)

  • Allí fue solemnemente recibido por Jasón y por la ciudad, e hizo su entrada en medio de antorchas y aclamaciones. Después de esto, fue a acampar con sus tropas a Fenicia. (II Macabeos 4, 22)

  • Cuando advirtieron que Lisímaco los atacaba, unos se armaron de piedras, otros de palos, y otros, tomando puñados de la ceniza que había allí, los arrojaban violentamente contra las tropas. (II Macabeos 4, 41)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina