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  • Adá fue madre de Iabal, el antepasado de los que viven en campamentos y crían ganado. (Génesis 4, 20)

  • Luego Moisés se alejó de allí y al regresar a la casa de Jetró, su suegro, le dijo: "Permíteme volver a Egipto, donde están mis hermanos. Quiero ver si viven todavía". Jetró le respondió: "Puedes ir en paz". (Exodo 4, 18)

  • El Señor les manda que cada uno recoja lo que necesita para comer, según la cantidad de miembros que tenga cada familia, a razón de unos cuatro litros por persona; y que cada uno junte para todos los que viven en su carpa". (Exodo 16, 16)

  • Entre los animales que viven en el agua, ya sea en el mar o en los ríos, ustedes podrán comer aquellos que tienen aletas y escamas. (Levítico 11, 9)

  • Si ustedes viven conforme a mis preceptos y observan fielmente mis mandamientos, (Levítico 26, 3)

  • Fíjense también si la tierra donde viven es buena o mala, y si las ciudades en que habitan son abiertas o fortificadas; (Números 13, 19)

  • Los amalecitas habitan en la región del Négueb; los hititas, los jebuseos y los amorreos ocupan la región montañosa; y los cananeos viven junto al mar y a lo largo del Jordán". (Números 13, 29)

  • No profanen la tierra donde viven, porque la sangre profana la tierra, y no hay para la tierra otra expiación por la sangre derramada, que la sangre de aquel que la derramó. (Números 35, 33)

  • Comunica esta orden al pueblo: Ustedes van a pasar por la región de Seír, donde viven sus hermanos, los descendientes de Esaú, los cuales desconfían de ustedes. Pero atiendan bien: (Deuteronomio 2, 4)

  • Por la ruta de la Arabá, que viene de Elat y de Esión Guéber, bordeamos la región de Seír, donde viven nuestros hermanos, los descendientes de Esaú. Luego dimos vuelta y tomamos el camino del desierto de Moab. (Deuteronomio 2, 8)

  • como ya me han dejado los descendientes de Esaú, que viven en Seír, y los moabitas de Ar. Así podré cruzar el Jordán y llegar a la tierra que nos da el Señor, nuestro Dios". (Deuteronomio 2, 29)

  • Ustedes, en cambio, los que permanecieron fieles al Señor, su Dios, viven todavía. (Deuteronomio 4, 4)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina