Talált 268 Eredmények: batalla de Jonatán

  • Pero Jonatán tomó la palabra y dijo a Adonías: "¡Al contrario! Nuestro señor, el rey David, ha proclamado rey a Salomón. (I Reyes 1, 43)

  • "¿Por medio de quién?", preguntó Ajab. El profeta dijo: "Así habla el Señor: Por medio de los cuerpos de cadetes que están a las órdenes de los jefes de distritos". Ajab insistió: "¿Y quién librará la batalla?". "Tú", respondió él. (I Reyes 20, 14)

  • Al año siguiente, Ben Hadad pasó revista a los arameos y subió a Afec para librar batalla contra Israel. (I Reyes 20, 26)

  • Durante siete días estuvieron acampados unos frente a otros. Al séptimo día se libró la batalla, y los israelitas derrotaron a los arameos: ¡cien mil hombres de a pie en un solo día! (I Reyes 20, 29)

  • Cuando el rey pasaba, le gritó: "Tu servidor avanzaba para entrar en batalla, y de pronto un soldado, abandonando las filas, me trajo un hombre y me dijo: ‘Vigila a este hombre. Si llega a faltar, responderás por él con tu vida, o bien pagarás un talento de plata’. (I Reyes 20, 39)

  • Y el rey de Israel dijo a Josafat: "Yo me voy a disfrazar para entrar en batalla, pero tú quédate con tus vestiduras". El rey de Israel se disfrazó y entró en combate. (I Reyes 22, 30)

  • Pero un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la coraza. El rey dijo al conductor de su carro: "Vuelve atrás y sácame del campo de batalla, porque estoy malherido". (I Reyes 22, 34)

  • A la puesta del sol, corrió un grito por el campo de batalla: "¡Cada uno a su ciudad! ¡Cada uno a su tierra! (I Reyes 22, 36)

  • Los hijos de Iadá, el hermano de Samai, fueron Iéter y Jonatán. Iéter murió sin tener hijos, (I Crónicas 2, 32)

  • y los hijos de Jonatán fueron Pélet y Zazá. Estos fueron los descendientes de Ierajmeel. (I Crónicas 2, 33)

  • Ner fue padre de Quis; Quis fue padre de Saúl; Saúl fue padre de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal. (I Crónicas 8, 33)

  • El hijo de Jonatán, fue Meribaal; Meribaal fue padre de Micá. (I Crónicas 8, 34)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina