Talált 208 Eredmények: buen juicio
los que con una palabra hacen condenar a un hombre, los que tienden trampas al que actúa en un juicio, y porque sí no más perjudican al justo. (Isaías 29, 21)
Porque mi espada se abrevó en el cielo: miren cómo baja sobre Edóm, sobre el pueblo que he condenado al juicio. (Isaías 34, 5)
¡Silencio delante de mí, costas lejanas, y que los pueblos renueven su fuerza! ¡Que se acerquen y entonces hablen! Comparezcamos juntos a juicio: (Isaías 41, 1)
Interpélame, y vayamos juntos a juicio; alega tú mismo para justificarte. (Isaías 43, 26)
Está cerca el que me hace justicia: ¿quién me va a procesar? ¡Comparezcamos todos juntos! ¿Quién será mi adversario en el juicio? ¡Que se acerque hasta mí! (Isaías 50, 8)
Nadie apela con justa razón ni va a juicio de buena fe; se pone la confianza en palabras vacías y se habla con falsedad; se está grávido de malicia y se da a luz la iniquidad. (Isaías 59, 4)
Todos nosotros gruñimos como osos, gemimos sin cesar como palomas. Esperábamos el juicio, ¡y nada!, la salvación, y está lejos de nosotros. (Isaías 59, 11)
Porque el Señor entra en juicio con todos los vivientes por el fuego y por su espada, y serán numerosas las víctimas del Señor. (Isaías 66, 16)
tú dices: "Sí, soy inocente, seguramente su ira se ha apartado de mí". Pero yo entro en juicio contigo, porque tú dices: "No tengo pecado". (Jeremías 2, 35)
Así habla el Señor: Deténgase sobre los caminos y miren, pregunten a los senderos antiguos dónde está el buen camino, y vayan por él: así encontrarán tranquilidad para sus almas. Pero ellos dijeron: "¡No iremos!". (Jeremías 6, 16)
Llega el estruendo hasta el confín de la tierra, porque el Señor está en pleito con las naciones, entabla juicio a todo ser viviente, y a los malvados los entrega a la espada -oráculo del Señor-. (Jeremías 25, 31)
Al enterarse de esto, los jefes de Judá subieron de la casa del rey a la Casa del Señor, y se sentaron para el juicio a la entrada de la puerta Nueva de la Casa del Señor. (Jeremías 26, 10)