Talált 314 Eredmények: cabeza
Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. (Daniel 7, 9)
y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros. (Daniel 7, 20)
Ellos perdieron la cabeza y apartaron sus ojos para no mirar al Cielo y no acordarse de sus justos juicios. (Daniel 13, 9)
Los dos ancianos se levantaron en medio de la asamblea y le pusieron las manos sobre la cabeza. (Daniel 13, 34)
Daniel le dijo entonces: "Has mentido a costa de tu cabeza: el Ángel de Dios ya ha recibido de él tu sentencia y viene a partirte por el medio". (Daniel 13, 55)
Daniel le dijo entonces: "Tú también has mentido a costa de tu cabeza: el Ángel de Dios te espera con la espada en la mano, para partirte por el medio. Así acabará con ustedes". (Daniel 13, 59)
El Ángel del Señor lo tomó por la cabeza y lo llevó de los cabellos hasta Babilonia, al borde del foso, con la rapidez de su espíritu. (Daniel 14, 36)
pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los débiles y desvían el camino de los humildes; el hijo y el padre tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo Nombre; (Amós 2, 7)
Yo vi al Señor de pie junto al altar, y él dijo: ¡Golpea el capitel y temblarán los umbrales! Destruye a todos los que van a la cabeza, y a los últimos, los mataré por la espada. No escapará ningún fugitivo, ni uno solo se podrá evadir. (Amós 9, 1)
¡Porque está cerca el Día del Señor contra todas las naciones! Lo mismo que tú has hecho, se te hará a ti: ¡tu merecido recaerá sobre tu cabeza! (Abdías 1, 15)
Las aguas me rodeaban hasta la garganta y el Abismo me cercaba; las algas se enredaban en mi cabeza. (Jonás 2, 6)
Cuando salió el sol, Dios hizo soplar un sofocante viento del este. El sol golpeó la cabeza de Jonás, y este se sintió desvanecer. Entonces se deseó la muerte, diciendo: "Prefiero morir antes que seguir viviendo". (Jonás 4, 8)