Talált 381 Eredmények: columnas del templo

  • También debían ocuparse de las columnas que rodean el atrio, de sus bases, sus estacas y sus cuerdas. (Números 3, 37)

  • Ellos tendrán a su cargo, en la Carpa del Encuentro, todos los oficios relacionados con el traslado de los siguientes objetos: los bastidores de la Morada, con sus travesaños, columnas y bases; (Números 4, 31)

  • las columnas que rodean el atrio, con sus bases, estacas y cuerdas, con todos sus accesorios y todo su equipamiento. Además, deberán tener un inventario de los objetos que tienen la obligación de transportar. (Números 4, 32)

  • Luego le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélec contrató a unos hombres vagos y aventureros, que le sirvieron de escolta. (Jueces 9, 4)

  • Estos salieron al campo a vendimiar, pisaron las uvas, hicieron festejos y entraron en el templo de su dios. Después de comer y beber, maldijeron a Abimélec. (Jueces 9, 27)

  • Al enterarse, los señores de Migdal Siquém, se refugiaron en la cripta del templo de El Berit. (Jueces 9, 46)

  • Cuando todos estuvieron muy alegres, dijeron: "Llamen a Sansón para que nos divierta". Entonces trajeron a Sansón de la cárcel, y él estuvo haciendo piruetas delante de todos. Después lo pusieron de pie entre las columnas. (Jueces 16, 25)

  • Sansón dijo al niño que lo llevaba de la mano: "Déjame palpar las columnas que sostienen la casa, para apoyarme en ellas". (Jueces 16, 26)

  • Luego palpó las dos columnas centrales que sostenían el edificio, y se apoyó contra ellas, poniendo sobre una su brazo derecho y sobre la otra su brazo izquierdo. (Jueces 16, 29)

  • Después que comieron y bebieron en Silo, Ana se levantó. Mientras tanto, el sacerdote Elí estaba sentado en su silla a la puerta del Templo del Señor. (I Samuel 1, 9)

  • Él levanta del polvo al desvalido y alza al pobre de la miseria, para hacerlos sentar con los príncipes y darles en herencia un trono de gloria; porque del Señor son las columnas de la tierra y sobre ellas afianzó el mundo. (I Samuel 2, 8)

  • La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. (I Samuel 3, 3)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina