Talált 324 Eredmények: cortinas del templo

  • Cuando Jesús salía del Templo, uno de sus discípulos le dijo: «¡Maestro, mira qué piedras enormes y qué construcción!». (Marcos 13, 1)

  • Y después, estando sentado en el monte de los Olivos, frente al Templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado: (Marcos 13, 3)

  • Todos los días estaba entre ustedes enseñando en el Templo y no me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras». (Marcos 14, 49)

  • «Nosotros lo hemos oído decir: "Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días volveré a construir otro que no será hecho por la mano del hombre"». (Marcos 14, 58)

  • Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: «¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, (Marcos 15, 29)

  • El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. (Marcos 15, 38)

  • Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. (Lucas 1, 23)

  • Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, (Lucas 2, 27)

  • Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. (Lucas 2, 37)

  • Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. (Lucas 2, 46)

  • Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, (Lucas 4, 9)

  • «Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. (Lucas 18, 10)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina