Talált 142 Eredmények: culto falso

  • el falso testigo que profiere mentiras, y el que siembra discordias entre hermanos. (Proverbios 6, 19)

  • A un hombre se lo alaba por su buen juicio, pero el de corazón falso cae en la ignominia. (Proverbios 12, 8)

  • El que dice la verdad declara lo que es justo, pero el testigo falso es un impostor. (Proverbios 12, 17)

  • Un testigo veraz no engaña, pero el testigo falso profiere mentiras. (Proverbios 14, 5)

  • El testigo falso no quedará impune y el que profiere mentiras no escapará. (Proverbios 19, 5)

  • El testigo falso no quedará impune y el que profiere mentiras perecerá. (Proverbios 19, 9)

  • A causa de sus insensatos e injustos pensamientos, que los extraviaban hasta hacerles rendir culto a reptiles irracionales y a insectos despreciables, tú les enviaste como castigo una multitud de animales irracionales, (Sabiduría 11, 15)

  • Asimismo, por orden de los soberanos, se rendía culto a las estatuas: como no se los podía honrar en persona, a causa de la distancia, reprodujeron esa figura lejana, fabricando una imagen visible del rey que veneraban; así se adulaba con fervor al ausente como si estuviera presente. (Sabiduría 14, 17)

  • La ambición del artista contribuyó a extender este culto, atrayendo incluso a los que ni siquiera conocían al rey, (Sabiduría 14, 18)

  • Porque el culto de los ídolos sin nombre es principio, causa y fin de todo mal, (Sabiduría 14, 27)

  • Después, con un esfuerzo mal empleado, utiliza la misma arcilla para modelar un falso dios, y el que hace eso es un hombre que poco antes nació de la tierra y dentro de poco volverá a la tierra de donde fue sacado, cuando se le pida que devuelva su alma. (Sabiduría 15, 8)

  • Sin embargo, en vez de preocuparse de que pronto va a morir y de la brevedad de su vida, rivaliza con los orfebres y plateros, imita a los forjadores de bronce y se enorgullece de fabricar lo que es falso. (Sabiduría 15, 9)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina