Talált 592 Eredmények: fruto del Espíritu
El Señor te dará sobreabundancia de bienes en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo, de la tierra que él te da, porque así lo juró a tus padres. (Deuteronomio 28, 11)
Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)
Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todo el producto de tus fatigas. Serás oprimido y explotado constantemente, (Deuteronomio 28, 33)
Y durante el asedio, será tal la penuria a que te reducirá tu enemigo, que te comerás hasta el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y de tus hijas, los mismos que el Señor, tu Dios, te había dado. (Deuteronomio 28, 53)
El Señor, tu Dios, te dará abundante prosperidad en todas tus empresas, en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo. Porque el Señor volverá a complacerse en tu prosperidad, como antes se había complacido en la prosperidad de tus padres. (Deuteronomio 30, 9)
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había impuesto sus manos sobre él; y los israelitas le obedecieron, obrando de acuerdo con la orden que el Señor había dado a Moisés. (Deuteronomio 34, 9)
El espíritu del Señor descendió sobre Otniel: él fue juez en Israel y salió a combatir. El Señor entregó en sus manos a Cusán Riseataim, rey de Edóm, y su mano prevaleció sobre él. (Jueces 3, 10)
Entonces el espíritu del Señor descendió sobre Gedeón: él tocó la trompeta, y los de Abiézer se reunieron detrás de él. (Jueces 6, 34)
Pero la higuera les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles?’. (Jueces 9, 11)
Pero Dios envió un espíritu de discordia entre Abimélec y los señores de Siquém, y estos traicionaron a Abimélec. (Jueces 9, 23)
El espíritu del Señor descendió sobre Jefté, y este recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mispá de Galaad y desde allí avanzó hasta el país de los amonitas. (Jueces 11, 29)
no probará el fruto de la vid, ni beberá vino ni bebida fermentada; no comerá nada impuro, y observará todo lo que le he mandado a esta mujer". (Jueces 13, 14)