Talált 451 Eredmények: fuego

  • Los filisteos abandonaron allí a sus dioses, y David dijo: "¡Que sean arrojados al fuego!". (I Crónicas 14, 12)

  • Allí edificó David un altar al Señor, y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Invocó al Señor, y él le respondió enviando fuego del cielo sobre el altar del holocausto. (I Crónicas 21, 26)

  • Cuando Salomón terminó de orar, bajó fuego del cielo y devoró el holocausto y los sacrificios. La gloria del Señor llenó la Casa, (II Crónicas 7, 1)

  • Todos los israelitas, al ver que bajaba el fuego y que la gloria del Señor se posaba sobre la Casa, se postraron con el rostro en tierra sobre el pavimento, mientras adoraban y celebraban al Señor, "porque es bueno, porque es eterno su amor". (II Crónicas 7, 3)

  • Quemó incienso en el valle de Ben Hinnóm e inmoló a sus hijos en el fuego, según las costumbres abominables de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas. (II Crónicas 28, 3)

  • Inmoló a sus propios hijos en el fuego, en el valle de Ben Hinnóm, practicó la astrología, la magia y la hechicería, e instituyó nigromantes y adivinos. Persistió en hacer lo que es malo a los ojos del Señor, provocando su indignación. (II Crónicas 33, 6)

  • Después asaron al fuego la víctima pascual, como está establecido, cocinaron las otras ofrendas consagradas, en ollas, cacerolas y fuentes, y las repartieron rápidamente entre toda la gente del pueblo. (II Crónicas 35, 13)

  • Ellos quemaron la Casa de Dios, demolieron las murallas de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. (II Crónicas 36, 19)

  • y dije al rey: "¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar con la cara triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas y sus puertas han sido consumidas por el fuego?". (Nehemías 2, 3)

  • Salí de noche por la puerta del Valle, en dirección a la fuente del Dragón y a la puerta del Basural, e inspeccioné atentamente las murallas de Jerusalén, allí donde había brechas y donde las puertas habían sido consumidas por el fuego. (Nehemías 2, 13)

  • Los guiaste de día con una columna de nube y de noche, con una columna de fuego, para iluminarles el camino que debían recorrer. (Nehemías 9, 12)

  • Pero aún entonces, por tu gran misericordia, no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se alejó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni la columna de fuego durante la noche, para iluminarles el camino que debían recorrer. (Nehemías 9, 19)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina