Talált 224 Eredmények: gracias

  • Y tomando una copa, dio gracias y dijo: «Tomen y compártanla entre ustedes. (Lucas 22, 17)

  • Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». (Lucas 22, 19)

  • Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. (Juan 6, 11)

  • Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. (Juan 6, 23)

  • Entonces quitaron la piedra, y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, te doy gracias porque me oíste. (Juan 11, 41)

  • No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. (Juan 17, 20)

  • Ustedes deben saber que la remisión de los pecados les ha sido anunciada por él. Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a él, (Hechos 13, 38)

  • Hicieron comparecer a Pablo, y Tértulo presentó la acusación en estos términos: «Excelentísimo Félix: La profunda paz de que gozamos gracias a ti y las reformas que nuestra nación debe a tu gobierno, (Hechos 24, 2)

  • Después que dijo esto, tomó pan, dio gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer. (Hechos 27, 35)

  • Los hermanos de esta ciudad, informados de nuestra llegada, nos salieron al encuentro y nos alcanzaron a la altura del «Foro de Apio» y en las «Tres Tabernas». Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y se sintió reconfortado. (Hechos 28, 15)

  • En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, a causa de todos ustedes, porque su fe es alabada en el mundo entero. (Romanos 1, 8)

  • en efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad. (Romanos 1, 21)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina