Talált 35 Eredmények: irán
te ata fuerte como un ovillo y te arroja como una bola a un país de vastas dimensiones. Allí morirás, y allí irán a parar los carruajes que eran tu gloria, ¡tú, deshonra de la casa de tu señor! (Isaías 22, 18)
Asiria caerá bajo una espada que no es de un hombre, una espada no humana la devorará: ella huirá delante de la espada y sus jóvenes irán a trabajos forzados. (Isaías 31, 8)
Así habla el Señor: Las ganancias de Egipto, las mercancías de Cus, y los hombres de Sebá, de elevada estatura, desfilarán ante ti y te pertenecerán; irán detrás de ti, desfilarán encadenados, se postrarán ante ti y te dirán suplicantes: "Sólo en ti está Dios, y no hay otro; los dioses no son nada". (Isaías 45, 14)
Los hijos de tus opresores irán a inclinarse ante ti, y todos los que te despreciaban se postrarán ante la planta de tus pies y te llamarán: "Ciudad del Señor", "Sión del Santo de Israel". (Isaías 60, 14)
Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a gritar a los dioses a los que quemaron incienso, pero ellos no podrán salvarlos en el tiempo de su desgracia. (Jeremías 11, 12)
En cuanto a ti, Pasjur, tú y todos los que habitan en tu casa irán al cautiverio: llegarás a Babilonia y allí morirás, y allí serás enterrado, tú y todos tus amigos a quienes les has profetizado falsamente". (Jeremías 20, 6)
A todos tus pastores los apacentará el viento, tus amantes irán al cautiverio; entonces quedarás avergonzada y confundida por toda tu maldad. (Jeremías 22, 22)
Pero los que te devoran serán devorados y todos tus adversarios irán al cautiverio; los que te despojan serán despojados y a los que te saquean, los entregaré al saqueo. (Jeremías 30, 16)
Así habla el Señor: No se engañen a ustedes mismos, diciendo: "Seguro que los caldeos se irán lejos de nosotros". ¡Porque ellos no se irán! (Jeremías 37, 9)
En aquellos días y en aquel tiempo -oráculo del Señor- vendrán los hijos de Israel, junto con los hijos de Judá; irán llorando mientras caminan y buscarán al Señor, su Dios. (Jeremías 50, 4)
Diles también: Yo soy un presagio para ustedes. Lo mismo que yo hice se hará con ellos: serán deportados e irán al exilio. (Ezequiel 12, 11)
Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán bajo la espada y esas mismas ciudades irán al cautiverio. (Ezequiel 30, 17)