Talált 1389 Eredmények: lista de hombres de Betel y Ai

  • En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesarea para buscarme. (Hechos 11, 11)

  • Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús. (Hechos 11, 20)

  • para que el resto de los hombres busque al Señor, lo mismo que todas las naciones que llevan mi Nombre. Así dice el Señor, que da (Hechos 15, 17)

  • Entonces los Apóstoles, los presbíteros y la Iglesia entera, decidieron elegir a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres eminentes entre los hermanos, (Hechos 15, 22)

  • Ella comenzó a seguirnos, a Pablo y a nosotros, gritando: «Esos hombres son los servidores del Dios Altísimo, que les anuncian a ustedes el camino de la salvación». (Hechos 16, 17)

  • Cuando amaneció, los magistrados enviaron a los inspectores para que dijeran al carcelero: «Deja en libertad a esos hombres». (Hechos 16, 35)

  • Muchos de ellos abrazaron la fe, lo mismo que algunos paganos, entre los cuales había mujeres de la aristocracia y un buen número de hombres. (Hechos 17, 12)

  • Pablo, de pie, en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que ustedes son, desde todo punto de vista, los más religiosos de todos los hombres. (Hechos 17, 22)

  • Pero ha llegado el momento en que Dios, pasando por alto el tiempo de la ignorancia, manda a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan. (Hechos 17, 30)

  • Eran en total unos doce hombres. (Hechos 19, 7)

  • Esos hombres que ustedes trajeron, no han cometido ningún sacrilegio ni han dicho ninguna blasfemia contra nuestra diosa. (Hechos 19, 37)

  • Y aun de entre ustedes mismos, surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas. (Hechos 20, 30)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina