Talált 103 Eredmények: ministerio de alabanza
para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía». (Hechos 1, 25)
Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: «No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. (Hechos 6, 2)
De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra». (Hechos 6, 4)
Después de saludarlos, Pablo expuso detalladamente todo lo que Dios había hecho entre los paganos a través de su ministerio. (Hechos 21, 19)
El verdadero judío lo es interiormente, y la verdadera circuncisión es la del corazón, la que se hace según el espíritu y no según la letra de la Ley. A este le corresponde la alabanza, no de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2, 29)
A ustedes, que son de origen pagano, les aseguro que en mi condición de Apóstol de los paganos, hago honor a mi ministerio (Romanos 11, 13)
El que tiene el don del ministerio, que sirva. El que tiene el don de enseñar, que enseñe. (Romanos 12, 7)
Por eso, no hagan juicios prematuros. Dejen que venga el Señor: él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y manifestará las intenciones secretas de los corazones. Entonces, cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda. (I Corintios 4, 5)
Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte -grabado sobre piedras- fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor -aunque pasajero- de ese rostro, (II Corintios 3, 7)
¡cuánto más glorioso será el ministerio del Espíritu! (II Corintios 3, 8)
Y si el ministerio que llevaba a la condenación fue tan glorioso, ¡cuál no será la gloria del ministerio que conduce a la justicia! (II Corintios 3, 9)
Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos desanimamos (II Corintios 4, 1)