Talált 24 Eredmények: moneda perdida

  • Así, aquellos que a causa de los sortilegios se habían vuelto totalmente incrédulos, ante la pérdida de sus primogénitos, confesaron que ese pueblo era hijo de Dios. (Sabiduría 18, 13)

  • Gaza se rapó la cabeza, Ascalón está perdida. Asdod, resto de los anaquitas, ¿hasta cuándo te harás incisiones? (Jeremías 47, 5)

  • Al ver que nada podía esperar, que su esperanza estaba perdida, tomó a otro de sus cachorros e hizo de él un león. (Ezequiel 19, 5)

  • No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Al contrario, las han dominado con rigor y crueldad. (Ezequiel 34, 4)

  • Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia. (Ezequiel 34, 16)

  • ¡Samaría está completamente perdida! Su rey es como una astilla sobre la superficie de las aguas. (Oseas 10, 7)

  • Porque yo voy a suscitar en el país un pastor que no se preocupará de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni alimentará a la sana, sino que comerá la carne de las más gordas y les arrancará hasta las pezuñas. (Zacarías 11, 16)

  • Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti». (Mateo 17, 27)

  • Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario. (Mateo 22, 19)

  • Yo deseo que me paguen con la misma moneda. Les hablo como a mis propios hijos: también ustedes abran su corazón. (II Corintios 6, 13)

  • Pero todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa de Cristo. (Filipenses 3, 7)

  • Páguenle con su propia moneda, retribúyanle el doble de lo que ha hecho, sírvanle una porción doble en la copa de sus brebajes. (Apocalipsis 18, 6)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina