Talált 51 Eredmények: murieron

  • Nadab y Abihú murieron antes que su padre, sin tener hijos; y fueron Eleazar e Itamar los que ejercieron las funciones sacerdotales. (I Crónicas 24, 2)

  • Los hombres de Judá capturaron vivo a otros diez mil y los llevaron hasta la cumbre de La Roca. Desde allí los despeñaron, y todos murieron destrozados. (II Crónicas 25, 12)

  • Ya se la he dado a siete de nuestros hermanos, y todos murieron la primera noche que iban a tener relaciones con ella. Por el momento, hijo mío, come y bebe; el Señor intervendrá en favor de ustedes". (Tobías 7, 11)

  • y de pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto, que sacudió los cuatro ángulos de la casa. Esta se desplomó sobre los jóvenes, y ellos murieron. Yo solo pude escapar para traerte la noticia. (Job 1, 19)

  • prefirieron la muerte antes que mancharse con esos alimentos y quebrantar la santa alianza, y por eso murieron. (I Macabeos 1, 63)

  • Después los persiguieron por la pendiente de Betjorón hasta la llanura: allí murieron unos ochocientos hombres, y los demás huyeron al país de los filisteos. (I Macabeos 3, 24)

  • y los que habían quedado rezagados cayeron al filo de la espada. Los demás fueron perseguidos hasta Gázara y hasta las llanuras de Idumea, Azoto y Iamnia. Los que murieron fueron alrededor de tres mil hombres. (I Macabeos 4, 15)

  • Aquel día murieron unos mil hombres del ejército de Báquides. (I Macabeos 9, 49)

  • Los que ocupaban la Ciudadela de Jerusalén, como no podían ir y venir por la región para comprar y vender, se vieron acosados por el hambre, y muchos de ellos murieron de inanición. (I Macabeos 13, 49)

  • En seguida tocaron las trompetas, y Cendebeo fue derrotado con todo su ejército. Muchos de ellos murieron y los restantes huyeron en dirección a la fortaleza. (I Macabeos 16, 8)

  • Algunos huyeron también a las torres de los campos de Azoto. Juan las incendió, y murieron unos dos mil enemigos. Luego Juan regresó a Judea sano y salvo. (I Macabeos 16, 10)

  • Luego les enumeró todas las ayudas con que habían sido favorecidos sus antepasados, especialmente en tiempos de Senaquerib, cuando murieron ciento ochenta y cinco mil hombres. (II Macabeos 8, 19)


“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina