Talált 4437 Eredmények: nombre de Dios
También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, (Apocalipsis 15, 2)
y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre? (Apocalipsis 15, 3)
Entonces, uno de los cuatro Seres Vivientes entregó a los siete Ángeles siete copas colmadas de la ira del Dios que vive por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 15, 7)
Y el Templo se llenó del humo que procede de la gloria de Dios y de su poder, de manera que nadie pudo entrar al Templo hasta que cesaron las siete plagas de los siete Ángeles. (Apocalipsis 15, 8)
Y oí una voz potente que provenía del Templo y ordenaba a los siete Ángeles: «Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios». (Apocalipsis 16, 1)
Y escuché al altar, que decía: «Sí, Señor, Dios todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos». (Apocalipsis 16, 7)
los hombres fueron abrasados por un calor ardiente, pero en lugar de arrepentirse y dar gloria a Dios, blasfemaron contra su Nombre, que tiene poder sobre estas plagas. (Apocalipsis 16, 9)
pero en lugar de arrepentirse de sus obras, blasfemaron contra el Dios del cielo, a causa de sus dolores y de sus llagas. (Apocalipsis 16, 11)
Son los espíritus demoníacos que realizan prodigios y van a buscar a los reyes del mundo entero, con el fin de convocarlos para el combate del gran Día de Dios, el Todopoderoso. (Apocalipsis 16, 14)
La gran Ciudad se partió en tres y las ciudades paganas se derrumbaron. Dios se acordó de la gran Babilonia y le dio de beber la copa donde fermenta el vino de su ira. (Apocalipsis 16, 19)
Cayeron del cielo sobre los hombres piedras de granizo que pesaban unos cuarenta kilos, y ellos blasfemaron contra Dios por esa terrible plaga. (Apocalipsis 16, 21)
Sobre su frente tenía escrito este nombre misterioso: «Babilonia la grande, la madre de las abominables prostitutas de la tierra». (Apocalipsis 17, 5)