Talált 220 Eredmények: obra

  • Principio de toda obra es la conversación, y antes de toda acción, está el consejo. (Eclesiástico 37, 16)

  • Lo mismo pasa con el artesano y el constructor, que trabajan día y noche; con los que graban las efigies de los sellos y modifican pacientemente los diseños: ellos se dedican a reproducir el modelo y trabajan hasta tarde para acabar la obra. (Eclesiástico 38, 27)

  • Lo mismo pasa con el alfarero, sentado junto a su obra, mientras hace girar el torno con sus pies: está concentrado exclusivamente en su tarea y apremiado por completar la cantidad; (Eclesiástico 38, 29)

  • Él lo ordena, y se cumple su voluntad, y nadie puede menoscabar su obra salvadora. (Eclesiástico 39, 18)

  • El sol resplandeciente contempla todas las cosas, y la obra del Señor está llena de su gloria. (Eclesiástico 42, 16)

  • El sol, cuando aparece, proclama a su salida qué admirable es la obra del Altísimo. (Eclesiástico 43, 2)

  • Le dio la vestidura sagrada -obra de un bordador- tejida en oro, jacinto y púrpura; el pectoral del juicio, con el Urím y el Tumím, hecho de hilo escarlata -obra de un artesano- (Eclesiástico 45, 10)

  • con piedras preciosas, grabadas en forma de sellos y engarzadas en oro -obra de un joyero- para servir de memorial, por la inscripción grabada, según el número de las tribus de Israel; (Eclesiástico 45, 11)

  • Lleven a cabo su obra antes del tiempo fijado, y él les dará la recompensa a su debido tiempo. Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá.La Sabiduría, don del Señor (Eclesiástico 51, 30)

  • El hombre fuerte se convertirá en estopa y su obra será la chispa: arderán los dos juntos y no habrá quien extinga el fuego. (Isaías 1, 31)

  • Su país está lleno de ídolos; ellos se postran ante la obra de sus manos, ante lo que fabricaron sus propios dedos. (Isaías 2, 8)

  • Hay cítara y arpa, tamboriles y flautas y vino en sus banquetes; pero ellos no miran la acción del Señor ni ven la obra de sus manos. (Isaías 5, 12)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina