Talált 313 Eredmények: ornamentos del templo

  • Entonces el Señor envió un ángel que aniquiló a todos los guerreros valientes, a los jefes y a los oficiales en el campamento del rey de Asiria. Este tuvo que volver a su país, completamente avergonzado, y allí, al entrar en el templo de su dios, algunos de sus hijos lo asesinaron. (II Crónicas 32, 21)

  • Luego dijo a los levitas que instruían a todo Israel y estaban consagrados al Señor: "Pongan el Arca santa en el Templo que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel: ya no tendrán que llevarla sobre los hombros. Ahora sirvan al Señor, su Dios, y a su pueblo Israel. (II Crónicas 35, 3)

  • Después de todo esto, cuando Josías ya había reorganizado el culto del Templo, subió Necao, rey de Egipto, para combatir en Carquemís, junto al río Éufrates. Josías le salió al paso, (II Crónicas 35, 20)

  • De la misma manera, todos los jefes de Judá, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando todas las abominaciones de los paganos, y contaminaron el Templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén. (II Crónicas 36, 14)

  • El rey Ciro mandó tomar los utensilios de la Casa del Señor que Nabucodonosor había llevado desde Jerusalén y había depositado en el templo de su dios. (Esdras 1, 7)

  • Empleados del Templo: los hijos de Sijá, los hijos de Jasufá, los hijos de Tabaot, (Esdras 2, 43)

  • El total de los empleados del Templo y de los hijos de los servidores de Salomón: 392. (Esdras 2, 58)

  • Los sacerdotes, los levitas y una parte del pueblo se establecieron en Jerusalén; los cantores, los porteros, los empleados del Templo y todos los otros israelitas se instalaron en sus respectivas ciudades. (Esdras 2, 70)

  • Desde el primer día del séptimo mes, se comenzó a ofrecer holocaustos al Señor, cuando todavía no se habían puesto los cimientos del Templo del Señor. (Esdras 3, 6)

  • El segundo año de su llegada al Templo de Dios en Jerusalén, en el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Josadac, con el resto de sus hermanos, los sacerdotes, los levitas y todos los que habían vuelto del exilio a Jerusalén, comenzaron la obra y designaron a algunos levitas mayores de veinte años para que dirigieran los trabajos de la Casa del Señor. (Esdras 3, 8)

  • Una vez que los constructores pusieron los cimientos del Templo del Señor, se presentaron los sacerdotes, revestidos y con trompetas, y también los levitas, hijos de Asaf, con sus címbalos, para alabar al Señor, según lo establecido por David, rey de Israel. (Esdras 3, 10)

  • Muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que habían visto el primer Templo, prorrumpieron en llanto, mientras veían poner los cimientos del nuevo; pero muchos otros proferían aclamaciones de júbilo. (Esdras 3, 12)


“Quanto mais te deixares enraizar na santa humildade, tanto mais íntima será a comunicação da tua alma com Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina