Talált 141 Eredmények: respondieron

  • Ellos guardaron silencio y no le respondieron ni una sola palabra, porque esta era la orden del rey: "No le respondan nada". (Isaías 36, 21)

  • a ustedes, los destinaré a la espada y doblarán la rodilla para el degüello. Porque yo llamé, y no respondieron, hablé, y no escucharon; ustedes hicieron lo que me desagrada y eligieron lo que yo no quiero. (Isaías 65, 12)

  • Y ahora, porque ustedes cometieron todas esas acciones -oráculo del Señor-, porque yo les hablé incansablemente y ustedes no escucharon, porque yo los llamé y ustedes no respondieron, (Jeremías 7, 13)

  • Pero ellos respondieron: "Nosotros no bebemos vino. Porque Jonadab, hijo de Recab, nuestro antepasado, nos ha dado esta orden: Nunca beban vino, ni ustedes, ni sus hijos. (Jeremías 35, 6)

  • Por eso, así habla el Señor, el Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo voy a atraer sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén toda la desgracia con que los había amenazado. Porque les hablé, y ellos no escucharon, los llamé, y ellos no respondieron. (Jeremías 35, 17)

  • Todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a otros dioses, así como también las mujeres presentes -una gran asamblea- y todo el pueblo que habitaba en el país de Egipto, en Patrós, respondieron a Jeremías: (Jeremías 44, 15)

  • Los caldeos respondieron al rey: "¡Viva el rey eternamente! Di a tus servidores lo que has soñado, y nosotros expondremos la interpretación". (Daniel 2, 4)

  • Ellos respondieron por segunda vez, diciendo: "Que el rey diga a sus servidores lo que ha soñado, y nosotros expondremos la interpretación". (Daniel 2, 7)

  • Los caldeos respondieron delante del rey, diciendo: "No hay ningún hombre sobre la tierra que pueda exponer lo que pide el rey, ya que ningún rey, por grande y poderoso que sea, ha pedido jamás una cosa semejante a un mago, adivino o caldeo. (Daniel 2, 10)

  • Sadrac, Mesac y Abed Negó respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: "No tenemos necesidad de darte una respuesta acerca de este asunto. (Daniel 3, 16)

  • El rey Nabucodonosor quedó estupefacto y se levantó rápidamente. Y tomando la palabra, dijo a sus cortesanos: "¿No eran tres los hombres que fueron atados y arrojados dentro del fuego?". Ellos le respondieron, diciendo: "Así es, rey". (Daniel 3, 91)

  • "Si alguien lleva en los pliegues de su ropa carne ofrecida en sacrificio y toca con ellos pan, caldo, vino, aceite o cualquier clase de alimentos, ¿todo esto quedará consagrado?". Los sacerdotes respondieron: "¡No!". (Ageo 2, 12)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina