Talált 242 Eredmények: salió

  • Él salió desnudo del vientre de su madre, y así volverá, como había venido; de su esfuerzo no saca nada que pueda llevárselo consigo. (Eclesiastés 5, 14)

  • porque muy pronto un hombre irreprochable salió en su defensa, con las armas de su propio ministerio: la oración y el incienso expiatorio. Él afrontó la cólera divina y puso fin a la calamidad, demostrando así que era tu servidor. (Sabiduría 18, 21)

  • Eliaquím, hijo de Jilquías, el mayordomo de palacio, salió a su encuentro, con Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el archivista. (Isaías 36, 3)

  • El Ángel del Señor salió e hirió en el campamento de los Asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Y cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres, que estaban muertos. (Isaías 37, 36)

  • Porque así habla el Señor acerca de Salúm, hijo de Josías, Rey de Judá, que sucedió en el trono a su padre Josías: "El que salió de este lugar ya no regresará: (Jeremías 22, 11)

  • Así habla el Señor, el Dios de Israel: Esto es lo que le dirán al rey de Judá, que los envía a consultarme: El ejército del Faraón que salió en auxilio de ustedes, se volverá a su país, a Egipto. (Jeremías 37, 7)

  • Ebed Mélec salió de la casa del rey y le dijo: (Jeremías 38, 8)

  • Ismael, hijo de Natanías, les salió al encuentro desde Mispá. Él iba llorando, y cuando los alcanzó les dijo: "¡Vengan a ver a Godo-lías, hijo de Ajicám!". (Jeremías 41, 6)

  • El querubín extendió su mano hacia el fuego que estaba entre los querubines, lo tomó y lo puso en las manos del hombre vestido de lino: este lo recibió y salió. (Ezequiel 10, 7)

  • La gloria del Señor salió de encima del umbral de la Casa y se detuvo sobre los querubines. (Ezequiel 10, 18)

  • Cuando el hombre salió hacia el este, tenía una cuerda en la mano. Midió quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a los tobillos. (Ezequiel 47, 3)

  • De uno de ellos salió otro cuerno pequeño, que se agrandó mucho hacia el sur, hacia el oriente y hacia la Hermosura. (Daniel 8, 9)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina