Talált 997 Eredmények: tribu de Judá
Tú dirás a los amonitas: Escuchen la palabra del Señor: Así habla el Señor: Porque te has burlado de mi Santuario cuando fue profanado, de la tierra de Israel cuando fue devastada, y del pueblo de Judá cuando iba al destierro, (Ezequiel 25, 3)
Así habla el Señor: Porque Moab ha dicho: "La casa de Judá es igual que todas las naciones", (Ezequiel 25, 8)
Así habla el Señor: Porque Edóm se ha vengado implacablemente de la casa de Judá y se ha hecho gravemente culpable al vengarse de ella, (Ezequiel 25, 12)
Incluso Judá y la tierra de Israel traficaban contigo: entregaban trigo de Minit, mijo, miel, aceite y resina, a cambio de tus mercaderías. (Ezequiel 27, 17)
Hijo de hombre, toma un trozo de madera y escribe sobre él: "Judá y los israelitas que le están unidos". Toma después otro trozo y escribe: "José, madera de Efraím, y toda la casa de Israel unida a él". (Ezequiel 37, 16)
tú les responderás: Así habla el Señor: Yo voy a tomar la madera de José, que está en la mano de Efraím, y a las tribus de Israel unidas a él, y les añadiré la madera de Judá. Así haré de todos ellos un solo trozo de madera, y serán una sola cosa en mi mano. (Ezequiel 37, 19)
En la tribu donde resida el extranjero, allí le darán su herencia -oráculo del Señor-. (Ezequiel 47, 23)
Sobre la frontera de Rubén, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Judá. (Ezequiel 48, 7)
Sobre la frontera de Judá, desde el lado oriental hasta el lado occidental: allí estará el tributo que ustedes reservarán para el Señor. Tendrá doce mil quinientos metros de ancho, y su longitud será igual que las otras partes, desde el lado oriental hasta el lado occidental. El Santuario estará en el medio. (Ezequiel 48, 8)
La propiedad de los levitas y lo que pertenece a la ciudad estarán entre la frontera de Judá y la frontera de Benjamín, en medio de lo que pertenecerá al príncipe. (Ezequiel 48, 22)
Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel. Habrá tres puertas al norte: la puerta de Rubén, la de Judá y la de Leví. (Ezequiel 48, 31)
El tercer año del reinado de Joaquím, rey de Judá, llegó a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la sitió. (Daniel 1, 1)