Talált 451 Eredmények: Arca de la Alianza

  • ¡Emboca la trompeta! Como un águila cae el mal sobre la casa de Yahveh; porque han quebrantado mi alianza y han sido rebeldes a mi Ley. (Oseas 8, 1)

  • Efraím se apacienta de viento, anda tras el solano todo el día; mentira y pillaje multiplica, hacen alianza con Asiria y llevan aceite a Egipto. (Oseas 12, 2)

  • Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Tiro y por cuatro, seré inflexible! Por haber entregado poblaciones enteras de cautivos a Edom, sin acordarse de la alianza entre hermanos, (Amós 1, 9)

  • En cuanto a ti, por la sangre de tu alianza, yo soltaré a tus cautivos de la fosa en la que no hay agua. (Zacarías 9, 11)

  • Tomé luego mi cayado «Gracia» y lo partí, para romper la alianza que Yahveh había concluido con todos los pueblos. (Zacarías 11, 10)

  • Sabréis así que yo os dirigí esta orden para que subsitiera mi alianza con Leví, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 2, 4)

  • Mi alianza era con él vida y paz, y se las concedí; era temor, y él me temía y ante mi Nombre guardaba reverencia. (Malaquías 2, 5)

  • Pero vosotros os habéis extraviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la Ley, habéis corrompido la alianza de Leví, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 2, 8)

  • ¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando la alianza de nuestros padres? (Malaquías 2, 10)

  • Y vosotros decís: ¿Por qué? - Porque Yahveh es testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, siendo así que ella era tu compañera y la mujer de tu alianza. (Malaquías 2, 14)

  • He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 3, 1)

  • Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, (Mateo 24, 38)


“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina