Talált 275 Eredmények: Babilonia

  • Y harán corro contra Babilonia cielos y tierra y todo cuanto hay en ellos, cuando del norte lleguen los devastadores - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 51, 48)

  • También Babilonia caerá, oh heridos de Israel. También por Babilonia cayeron los heridos de toda la tierra. (Jeremías 51, 49)

  • Aunque suba Babilonia a los cielos y encastille en lo alto su poder, de mi parte llegarán saqueadores hasta ella - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 51, 53)

  • Suenan gritos de socorro desde Babilonia, y un fragor desde Caldea. (Jeremías 51, 54)

  • Es que devasta Yahveh a Babilonia, apaga de ella el gran ruido, y mugen sus olas como las de alta mar, cuyo son es estruendoso. (Jeremías 51, 55)

  • Es que viene sobre ella, sobre Babilonia el devastador, van a ser apresados sus valientes, se han aflojado sus arcos. Porque Dios retribuidor es Yahveh: cierto pagará. (Jeremías 51, 56)

  • Así dice Yahveh Sebaot: Aquella ancha muralla de Babilonia ha de ser socavada, y aquellas sus altas puertas con fuego han de ser quemadas, y se habrán fatigado pueblos para nada, y naciones para el fuego se habrán cansado. (Jeremías 51, 58)

  • Orden que dio el profeta Jeremías a Seraías, hijo de Neriyías, hijo de Majseías, al partir éste de junto a Sedecías, rey de Judá, para Babilonia el año cuarto de su reinado, siendo Seraías jefe de etapas. (Jeremías 51, 59)

  • Escribió, pues, Jeremías todo el mal que había de sobrevenir a Babilonia en un libro - todas estas palabras arriba escritas acerca de Babilonia - (Jeremías 51, 60)

  • y dijo Jeremías a Seraías: «En llegando tú a Babilonia, mira de leer en voz alta todas estas palabras, (Jeremías 51, 61)

  • y dices: "Así se hundirá Babilonia y no se recobrará del mal que yo mismo voy a traer sobre ella."» Hasta aquí las palabras de Jeremías. (Jeremías 51, 64)

  • Esto sucedió a causa de la cólera de Yahveh contra Jerusalén y Judá, hasta que los arrojó de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. (Jeremías 52, 3)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina