Talált 36 Eredmények: Cautiverio

  • Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán a espada, y las ciudades mismas partirán al cautiverio. (Ezequiel 30, 17)

  • En Tafnis el día se convertirá en tinieblas cuando yo quiebre allí el yugo de Egipto y se acabe el orgullo de su fuerza. A ella le cubrirá un nubarrón, y sus hijas partirán al cautiverio. (Ezequiel 30, 18)

  • y sabrán que yo soy Yahveh su Dios, cuando, después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna en su suelo sin dejar allí a ninguno de ellos. (Ezequiel 39, 28)

  • y su rey irá al cautiverio, juntamente con sus príncipes, dice Yahveh. (Amós 1, 15)

  • Por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los cautivos y cesará la orgía de los sibaritas. (Amós 6, 7)

  • si van al cautiverio delante de sus enemigos, allí ordenaré a la espada que los mate; pondré en ellos mis ojos para mal y no para bien. (Amós 9, 4)

  • También ella fue al destierro, al cautiverio partió, también sus niños fueron estrellados en el cruce de todas las calles; se echaron suertes sobre sus notables, y todos sus grandes fueron aherrojados con cadenas. (Nahún 3, 10)

  • Y será la liga del mar para el Resto de la casa de Judá: allí llevarán a pacer, en las casas de Ascalón reposarán a la tarde, cuando los visite Yahveh su Dios, y los vuelva de su cautiverio. (Sofonías 2, 7)

  • Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén. Será tomada la ciudad, las casas serán saqueadas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad partirá al cautiverio, pero el Resto del pueblo no será extirpado de la ciudad. (Zacarías 14, 2)

  • y toda altanería que se subleva contra el conocimiento de Dios y reducimos a cautiverio todo entendimiento para obediencia de Cristo. (II Corintios 10, 5)

  • Os saludan Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos, primo de Bernabé, acerca del cual recibisteis ya instrucciones. Si va a vosotros, dadle buena acogida. (Colosenses 4, 10)

  • Te saludan Epafras, mi compañero de cautiverio en Cristo Jesús, (Filemon 1, 23)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina