Talált 774 Eredmények: Espíritu Santo

  • El espíritu del rey cesó de airarse contra Absalón, porque se había consolado ya de la muerte de Ammón. (II Samuel 13, 39)

  • El espíritu de Yahveh habla por mí, su palabra está en mi lengua. (II Samuel 23, 2)

  • Construyó los veinte codos del fondo de la Casa con planchas de cedro desde el suelo hasta las vigas, formando así por la parte interior el Debir, el Santo de los Santos; (I Reyes 6, 16)

  • las cucharas, los cuchillos, los acetres, las copas y los braseros de oro fino, los goznes de oro para las puertas de la cámara interior, el Santo de los Santos, y para las puertas de la Casa y el Hekal. (I Reyes 7, 50)

  • Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Yahveh a su sitio, al Debir de la Casa, en el Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines, (I Reyes 8, 6)

  • Los varales eran tan largos que se veían sus puntas desde el Santo, desde la parte anterior del Debir, pero no se veían desde fuera. Están allí hasta el día de hoy. (I Reyes 8, 8)

  • Al salir los sacerdotes del Santo, la nube llenó la Casa de Yahveh. (I Reyes 8, 10)

  • Y sucederá que, cuando me aleje de ti, el espíritu de Yahveh te llevará no sé dónde, llegaré a avisar a Ajab, pero no te hallará y me matará. Sin embargo, tu siervo teme a Yahveh desde su juventud. (I Reyes 18, 12)

  • Vino a donde él su mujer Jezabel, y le habló: «¿Por qué está triste tu espíritu y por qué no quieres comer?» (I Reyes 21, 5)

  • Se adelantó el Espíritu, se puso ante Yahveh y dijo: "Yo le engañaré." Yahveh le preguntó: "¿De qué modo?" (I Reyes 22, 21)

  • Respondió: "Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas." Yahveh dijo: "Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así." (I Reyes 22, 22)

  • Ahora, pues, Yahveh ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues Yahveh ha predicho el mal contra ti.» (I Reyes 22, 23)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina