Talált 93 Eredmények: Generación

  • sea dada al exterminio su posteridad, en una generación sea borrado su nombre! (Salmos 109, 13)

  • Advertid, pues, que de generación en generación todos los que esperan en El jamás sucumben. (I Macabeos 2, 61)

  • Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece. (Eclesiastés 1, 4)

  • También al principio, mientras los soberbios gigantes perecían, se refugió en una barquichuela la esperanza del mundo, y, guiada por tu mano, dejó al mundo semilla de una nueva generación. (Sabiduría 14, 6)

  • Lo mismo que las hojas sobre árbol tupido, que unas caen y otras brotan, así la generación de carne y sangre: una muere y otra nace. (Eclesiástico 14, 18)

  • Muchos elogiarán su inteligencia, jamás será olvidada. No desaparecerá su recuerdo, su nombre vivirá de generación en generación. (Eclesiástico 39, 9)

  • Todos estos fueron honrados en su generación, objeto de gloria fueron en sus días. (Eclesiástico 44, 7)

  • Ni de noche ni de día se apagará, por siempre subirá el humo de ella. De generación en generación quedará arruinada, y nunca jamás habrá quien pase por ella. (Isaías 34, 10)

  • Es él mismo el que los echa a suertes, con su mano les reparte el país a cordel; lo poseerán por siempre y morarán en él de generación en generación. (Isaías 34, 17)

  • ¡Vaya generación la vuestra!; atended a la palabra de Yahveh: ¿Fui yo un desierto para Israel o una tierra malhadada? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: «¡Bajemos! No vendremos más a ti.»? (Jeremías 2, 31)

  • Córtate tus guedejas y tíralas, y entona por los calveros una elegía; que Yahveh ha desechado y repudiado a la generación objeto de su cólera. (Jeremías 7, 29)

  • Mas tú, Yahveh, para siempre te sientas; ¡tu trono de generación en generación! (Lamentaciones 5, 19)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina