Talált 234 Eredmények: Josué 22

  • Yahveh dijo entonces a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta misma hora los dejará a todos ellos atravesados ante Israel; tú desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros.» (Josué 11, 6)

  • Josué, con toda su gente de guerra, los alcanzó de improvisio junto a las aguas de Merom y cayó sobre ellos. (Josué 11, 7)

  • Josué los trató como le había dicho Yahveh: desjarretó sus caballos y quemó sus carros. (Josué 11, 9)

  • Por entonces, Josué se volvió y tomó Jasor, y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos. (Josué 11, 10)

  • Josué se apoderó de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus reyes y los pasó a cuchillo para cumplir en ellos el anatema, según le había mandado Moisés, siervo de Yahveh. (Josué 11, 12)

  • Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus montículos de ruinas; con la única excepción de Jasor, que fue incendiada por Josué. (Josué 11, 13)

  • Tal como Yahveh había ordenado a su siervo Moisés, Moisés se lo había ordenado a Josué, Josué lo ejecutó: no dejó de pasar una sola palabra de lo que Yahveh había ordenado a Moisés. (Josué 11, 15)

  • Josué se apoderó de todo el país: de la montaña, de todo el Négueb y de todo el país de Gosen, de la Tierra Baja, de la Arabá, de la montaña de Israel y de sus estribaciones. (Josué 11, 16)

  • Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes; (Josué 11, 18)

  • Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades. (Josué 11, 21)

  • Josué se apoderó de toda la tierra tal como Yahveh le había dicho a Moisés, y se la dio en herencia a Israel según las suertes de las tribus. Y el país vivió en paz tras la guerra. (Josué 11, 23)

  • Estos son los reyes del país, vencidos por Josué y los israelitas, del lado occidental del Jordán, desde Baal Gad, en el valle del Líbano, hasta el monte Pelado, que se alza hacia Seír, y cuya tierra repartió Josué en herencia a las tribus de Israel según sus suertes: (Josué 12, 7)


“O verdadeiro servo de Deus é aquele que usa a caridade para com seu próximo, que está decidido a fazer a vontade de Deus a todo custo, que vive em profunda humildade e simplicidade”. São Padre Pio de Pietrelcina