Talált 281 Eredmények: Mira

  • Respondió Aarón a Moisés: «Mira que ellos han presentado hoy su sacrificio por el pecado y su holocausto delante de Yahveh, y me ha sucedido esto; ¿si yo hubiera comido la víctima por el pecado, acaso hubiera sido esto grato a Yahveh?» (Levítico 10, 19)

  • «Mira que he elegido a los levitas de entre los demás israelitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas que abren el seno materno. Los levitas serán para mí. (Números 3, 12)

  • Respondió Balaam a Balaq: «Mira que ahora ya he venido donde ti. A ver si puedo decir algo. La palabra que ponga Dios en mi boca es la que diré.» (Números 22, 38)

  • Dijo Yahveh a Moisés: «Sube ahí a la sierra de Abarim y mira la tierra que he dado a los israelitas. (Números 27, 12)

  • Mira: Yahveh tu Dios ha puesto ante ti este país. Sube a tomar posesión de él como te ha dicho Yahveh el Dios de tus padres; no tengas miedo ni te asustes». (Deuteronomio 1, 21)

  • Levantaos, partid y pasad el torrente Arnón. Mira, yo pongo en tus manos a Sijón, el amorreo, rey de Jesbón, y todo su país. Comienza la conquista; provócale al combate. (Deuteronomio 2, 24)

  • Yahveh me dijo: «Mira, he comenzado a entregarte a Sijón y su país; empieza la conquista, apodérate de su territorio.» (Deuteronomio 2, 31)

  • Mira, como Yahveh mi Dios me ha mandado, yo os enseño preceptos y normas para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión. (Deuteronomio 4, 5)

  • y dijisteis: «Mira, Yahveh nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza y hemos óido su voz de en medio del fuego. Hemos visto en este día que puede Dios hablar al hombre y seguir éste con vida. (Deuteronomio 5, 24)

  • Mira: De Yahveh tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella. (Deuteronomio 10, 14)

  • Mira: Yo pongo hoy ante vosotros bendición y maldición. (Deuteronomio 11, 26)

  • Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. (Deuteronomio 30, 15)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina