Talált 44 Eredmények: Négueb

  • Los hijos de Jobab el quenita, suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá de la ciudad de las Palmeras al desierto de Judá, que está en el Négueb de Arad, y fueron a habitar con el pueblo. (Jueces 1, 16)

  • Akís preguntaba: «¿Donde habéis hecho hoy la incursión?», y David respondía: «Contra el Négueb de Judá, contra el Négueb de Yerajmeel, contra el Négueb de los quenitas.» (I Samuel 27, 10)

  • Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Siquelag, los amalecitas habían hecho una incursión contra el Négueb y contra Siquelag, y habían irrumpido en Siquelag incendiándola, (I Samuel 30, 1)

  • Hemos hecho una incursión contra el Négueb de los kereteos y el de Judá y contra el Négueb de Caleb, incendiando Siquelag.» (I Samuel 30, 14)

  • a los de Betul, a los de Ramá del Négueb, a los de Yattir, (I Samuel 30, 27)

  • Llegaron hasta la fortaleza de Tiro y todas las ciudades de los jivitas y cananeos, saliendo finlamente al Négueb de Judá, a Berseba. (II Samuel 24, 7)

  • También los filisteos invadieron las ciudades de la Tierra Baja y del Négueb de Judá, y tomaron Bet Semes, Ayyalón, Guederot, Sokó con sus aldeas, Timná con sus aldeas y Guimzó con sus aldeas, y se establecieron allí. (II Crónicas 28, 18)

  • ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb! (Salmos 126, 4)

  • Oráculo sobre el Desierto Marítimo. Como torbellinos pasando por el Négueb vienen del desierto, del país temible. (Isaías 21, 1)

  • Oráculo sobre los animales del Négueb. Por tierra de angustia y aridez, de leona y de león rugiente, de áspid y dragón volador, llevan a lomos de pollinos su riqueza, y sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un pueblo que no les será útil, (Isaías 30, 6)

  • Las ciudades del Négueb están cercadas, y no hay quien abra. Todo Judá es deportado, deportado en masa. (Jeremías 13, 19)

  • Y vendrán de las ciudades de Judá, de los aledaños de Jerusalén, del país de Benjamín, de la Tierra Baja, de la Sierra y del Négueb a traer holocaustos, sacrificios, oblaciones e incienso y a traer ofrendas de acción de gracias a la Casa de Yahveh. (Jeremías 17, 26)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina