Talált 43 Eredmények: Podrás

  • Podrás apremiar al extranjero, pero a tu hermano le concederás la remisión de lo que te debe. (Deuteronomio 15, 3)

  • No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que Yahveh tu Dios te da, (Deuteronomio 16, 5)

  • deberás poner sobre ti un rey elegido por Yahveh, y a uno de entre tus hermanos pondrás sobre ti como rey; no podrás darte por rey a un extranjero que no sea hermano tuyo. (Deuteronomio 17, 15)

  • Sin embargo podrás destruir y cortar los árboles que sabes que no son frutales, y hacer con ellos obras de asedio contra esa ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga. (Deuteronomio 20, 20)

  • se quitará su vestido de cautiva y quedará en tu casa llorando a su padre y a su madre un mes entero. Después de esto podrás llegarte a ella, y serás su marido y ella será tu mujer. (Deuteronomio 21, 13)

  • Si más tarde resulta que ya no la quieres, la dejarás marchar en libertad, y no podrás venderla por dinero, ni hacerla tu esclava, por cuanto la has humillado. (Deuteronomio 21, 14)

  • Al extranjero podrás prestarle a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés, para que Yahveh tu Dios te bendiga en todas tus empresas, en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión. (Deuteronomio 23, 21)

  • Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer todas las uvas que quieras, hasta saciarte, pero no las meterás en tu zurrón. (Deuteronomio 23, 25)

  • Si pasas por las mieses de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz en la mies de tu prójimo. (Deuteronomio 23, 26)

  • Yahveh te herirá con úlceras de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de las que no podrás sanar. (Deuteronomio 28, 27)

  • Te desposarás con una mujer y otro hombre la hará suya; edficarás una casa y no la habitarás; plantarás una viña y no podrás disfrutar de ella. (Deuteronomio 28, 30)

  • Tu buey será degollado a tus propios ojos, y no podrás comer de él; tu asno será robado en tu presencia, y no se te devolverá; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no habrá quien te salve; (Deuteronomio 28, 31)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina