Talált 267 Eredmények: Puerta

  • ¡No entres por la puerta de mi pueblo en el día de su infortunio, no mires con placer también tú su desgracia en el día de su infortunio, no lleves tu mano a su riqueza, en el día de su infortunio! (Abdías 1, 13)

  • porque su herida es incurable, hasta Judá ha llegado, ha tocado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. (Miqueas 1, 9)

  • ¿Cómo podrá esperar el bien la que habita en Marot? Porque ha llegado el mal de parte de Yahveh a la puerta de Jerusalén. (Miqueas 1, 12)

  • El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha, pasarán la puerta, y por ella saldrán; su rey pasará delante de ellos, y Yahveh a su cabeza. (Miqueas 2, 13)

  • ¡No creáis en compañero, no confiéis en amigo; de la que se acuesta en tu seno guarda la puerta de tu boca! (Miqueas 7, 5)

  • Habrá aquel día - oráculo de Yahveh - gritos de auxilio desde la puerta de los Peces, aullidos desde la ciudad nueva, estruendo enorme desde las colinas. (Sofonías 1, 10)

  • Toda esta tierra se tornará llanura, desde Gueba hasta Rimmón, al sur de Jerusalén. Y ésta, encumbrada, será habitada en su lugar, desde la Puerta de Benjamín hasta el emplazamiento de la antigua Puerta, es decir, hasta la Puerta de los Angulos, y desde la torre de Jananel hasta los Lagares del rey. (Zacarías 14, 10)

  • Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. (Mateo 6, 6)

  • Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. (Mateo 25, 10)

  • la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. (Marcos 1, 33)

  • Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les anunciaba la Palabra. (Marcos 2, 2)

  • Fueron y encontraron el pollino atado junto a una puerta, fuera, en la calle, y lo desataron. (Marcos 11, 4)


“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina