Talált 57 Eredmények: Quiso

  • tomó la sartén y la vació delante de él, pero él no quiso comer; y dijo Amnón: «Que salgan todos de aquí.» Y todos salieron de allí. (II Samuel 13, 9)

  • Pero él no quiso escucharla, sino que la sujetó y forzándola se acostó con ella. (II Samuel 13, 14)

  • Ella le dijo: «No, hermano mío, por favor, porque si me echas, este segundo mal es peor que el que me hiciste primero.» Pero él no quiso escucharla. (II Samuel 13, 16)

  • Cuando el rey David supo todas estas cosas se irritó en extremo, pero no quiso castigar a su hijo Amnón, al que amaba porque era su primogénito. (II Samuel 13, 21)

  • El rey dijo a Absalón: «No, hijo mío, no podemos ir todos para no serte gravosos.» Insistió, pero el rey no quiso ir y le dio su bendición. (II Samuel 13, 25)

  • Llamó Absalón a Joab para enviarle al rey, pero él no quiso ir. Le llamó todavía una segunda vez, pero tampoco quiso. (II Samuel 14, 29)

  • Rompieron entonces los Tres héroes por el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de Bélen, se la llevaron y la ofrecieron a David, pero él no quiso beberla, sino que la derramó como libación a Yahveh, (II Samuel 23, 16)

  • diciendo: «¡Líbreme Yahveh de hacer tal cosa! ¡Es la sangre de los hombres que han ido exponiendo su vida!» Y no quiso beberla. - Estas cosas hicieron los Tres héroes. (II Samuel 23, 17)

  • Cuando Salomón hubo acabado de construir la Casa de Yahveh, la casa del rey y todo cuanto Salomón quiso hacer, (I Reyes 9, 1)

  • todas las ciudades de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades de los carros y las ciudades para los caballos, y todo cuanto Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. (I Reyes 9, 19)

  • El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, aparte lo que Salomón le dio con magnificencia de un rey como Salomón. Ella se volvió y regreso a su país con sus servidores. (I Reyes 10, 13)

  • Un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero: «Por orden de Yahveh, hiéreme»; pero el hombre no quiso herirle. (I Reyes 20, 35)


“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina