Talált 3610 Eredmények: construir casa sobre roca

  • Pero Yahveh hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abram. (Génesis 12, 17)

  • Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo, movilizó la tropa de gente nacida en su casa, en número de 318, y persiguió a aquéllos hasta Dan. (Génesis 14, 14)

  • Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó, y los persiguió hasta Jobá, que está al norte de Damasco; (Génesis 14, 15)

  • Dijo Abram: «He aquí que no me has dado descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar.» (Génesis 15, 3)

  • Las aves rapaces bajaron sobre los cadáveres, pero Abram las espantó. (Génesis 15, 11)

  • Y sucedió que estando ya el sol para ponerse, cayó sobre Abram un sopor, y de pronto le invadió un gran sobresalto. (Génesis 15, 12)

  • Dijo entonces Saray a Abram: «Mi agravio recaiga sobre ti. Yo puse mi esclava en tu seno, pero al verse ella encinta me mira con desprecio. Juzgue Yahveh entre nosotros dos.» (Génesis 16, 5)

  • A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza. (Génesis 17, 12)

  • Deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero, de modo que mi alianza esté en vuestra carne como alianza eterna. (Génesis 17, 13)

  • Tomó entonces Abraham a su hijo Ismael, a todos los nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero - a todos los varones de la casa de Abraham - y aquel mismo día les circuncidó la carne del prepucio, como Dios le había mandado. (Génesis 17, 23)

  • Y todos los varones de su casa, los nacidos en su casa, y los comprados a extraños por dinero, fueron circuncidados juntamente con él. (Génesis 17, 27)

  • dijo: «Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche en la plaza.» (Génesis 19, 2)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina