Talált 348 Eredmények: derrota de los enemigos
Nueve cosas que imagino tengo por felices en mi corazón, y una décima la diré con mi lengua: el hombre que recibe de sus hijos contento, que ve, en vida, la caída de sus enemigos. (Eclesiástico 25, 7)
¡Cualquier desgracia, pero no desgracia de parte de adversarios! ¡cualquier venganza, pero no venganza de enemigos! (Eclesiástico 25, 14)
Contra sus enemigos deja un vengador, y para los amigos quien les pague sus favores. (Eclesiástico 30, 6)
Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: «Nadie más que nosotros.» (Eclesiástico 36, 9)
Sobre la hija desenvuelta refuerza la vigilancia, no sea que te haga la irrisión de tus enemigos, comidilla en la ciudad, corrillos en el pueblo, y ante el vulgo espeso te avergüence. (Eclesiástico 42, 11)
Le hizo en gloria comparable a los santos, le engrandeció para temor de los enemigos. (Eclesiástico 45, 2)
Esforzado en la guerra fue Josué, hijo de Nun, sucesor de Moisés como profeta; él fue, de acuerdo con su nombre, grande para salvar a los elegidos del Señor, para tomar venganza de los enemigos que surgían e introducir a Israel en su heredad. (Eclesiástico 46, 1)
El invocó al Altísimo Soberano, cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, y le atendió el Gran Señor lanzando piedras de granizo de terrible violencia. (Eclesiástico 46, 5)
Invocó al Señor Todopoderoso cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, ofreciendo un cordero lechal. (Eclesiástico 46, 16)
Pues él aplastó a los enemigos del contorno, aniquiló a los filisteos, sus adversarios, para siempre quebrantó su cuerno. (Eclesiástico 47, 7)
porque se acordó de los enemigos en la tempestad, y favoreció a los que seguían el camino derecho. (Eclesiástico 49, 9)
Entonces me acordé de tu misericordia, Señor, y de tu actuación desde la eternidad, que tú levantas a los que en ti esperan, y los salvas de la mano de enemigos. (Eclesiástico 51, 8)