Talált 65 Eredmények: dueño

  • Luego, a toda prisa, partió y volvió a Antioquía, donde encontró a Filipo dueño de la ciudad. Le atacó y se apoderó de la ciudad por la fuerza. (I Macabeos 6, 63)

  • «Vuelto a mi reino, me he sentado en el trono de mis padres y ocupado el poder después de derrotar a Demetrio y hacerme dueño de nuestro país; (I Macabeos 10, 52)

  • y la gente de la ciudad, atemorizada, les abrió las puertas, y Jonatán se hizo dueño de Joppe. (I Macabeos 10, 76)

  • Por su parte el rey Tolomeo se hizo dueño de las ciudades de la costa hasta Seleucia Marítima y meditaba planes malvados contra Alejandro. (I Macabeos 11, 8)

  • Ensanchó las fronteras de su nación, se hizo dueño del país, (I Macabeos 14, 6)

  • Después de reunirse en privado con los Ancianos, decidió que, antes que el ejército del rey entrara en Judea y se hiciera dueño de la ciudad, salieran los suyos para resolver la situación con el auxilio de Dios. (II Macabeos 13, 13)

  • Ya completamente exangüe, se arrancó las entrañas y tomándolas con ambas manos, las arrojó contra las tropas. Y después de invocar al Dueño de la vida y del espíritu que otra vez se dignara devolvérselas, llegó de este modo al tránsito. (II Macabeos 14, 46)

  • Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la vida a su propio dueño. (Proverbios 1, 19)

  • Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades. (Proverbios 16, 32)

  • ¿Quién sabe si será sabio o necio? El se hará dueño de todo mi trabajo, lo que realicé con fatiga y sabiduría bajo el sol. También esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 19)

  • A muchos bienes, muchos que los devoren; y ¿de qué más sirven a su dueño que de espectáculo para sus ojos? (Eclesiastés 5, 10)

  • Hay un grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada para su dueño, y que solo sirve para su mal, (Eclesiastés 5, 12)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina